Función y
característica de las autobiografías.
Las autobiografías
son textos narrativos en los que el autor habla de sí mismo y de aspectos de su
vida que considera importantes. Pueden tener estructuras variables y abarcar
periodos largos o cortos.
Una autobiografía
tiene las siguientes características:
·
Es un género realista. A través de la lectura de este tipo de
textos, puedes entender cómo era la vida del autor y el contexto en que se
desarrolló. Por ello encontramos referencias a fuentes que autentifican la
veracidad de lo dicho.
·
Puesto que el autor es también el protagonista, la voz narrativa
estará en primera persona del singular. Así el autor narra los acontecimientos
desde su punto de vista y entabla una relación de confidencia con el lector.
·
Aunque puede ordenarse de otro modo, la autobiografía suele seguir
un orden cronológico, es decir, la narración inicia al describir el nacimiento
del autor y las circunstancias en que ocurrió. Con el propósito de ordenar los
acontecimientos, los autores utilizan marcadores textuales o apelan a las
etapas de la vida: infancia, adolescencia, juventud y madurez.
·
La descripción de personas, objetos, lugares y sentimientos tiende
a ser muy cuidadosa. Éste es el principal recurso discursivo de una
autobiografía, además de estar escrita en pretérito.
La
narración en primera persona: Es la que se
utiliza para escribir autobiografías. Estos textos están escritos desde la
perspectiva del autor y el narrador es él mismo, por lo que utilizar la primera
persona (yo) es lo más conveniente.
La narración en tercera persona: Se utiliza para escribir las biografías. En ellas se narran
sucesos de la vida de una persona ajena al autor, por lo que resulta correcto
utilizar la tercera persona (él o ella) para referirse a los hechos de la vida
que se narra.
Tonos en la
escritura (melodramático, irónico, heroico y nostálgico, entre otros)
Los tonos generan
en el lector un efecto: producen sensaciones y sentimientos, como ternura y
melancolía, entre otros. Al escribir una autobiografía se pueden adoptar
diversos tonos, según el carácter de la historia.
Melodramático: Se caracteriza por la exageración de sentimientos. Usualmente
implica que el protagonista es bueno y su oponente, malvado. El lector siente
piedad de él. Si se elige este tono, se puede hacer uso de la hipérbole, para exagerar
una situación. Por ejemplo: Cuando me caí, me dolió tanto que me convertí en un
mar de lágrimas.
Irónico: Une dos aspectos que se contradicen aparentemente, con un tono
burlón. Consiste en sugerir lo contrario de lo que se dice con las palabras, en
expresar una idea diciendo justamente lo opuesto, pero de manera que quede
clara la verdadera intención del autor.
Heroico: Se centra en el personaje principal, que debe ser el héroe. Los
hechos narrados son muy notables, asombrosos, el personaje principal tiene una
personalidad fuerte, el lector siente respeto y admiración por él.
Nostálgico: La nostalgia es el sentimiento que embarga a alguien cuando anhela
el pasado. Frecuentemente el pasado está idealizado y no es muy realista.
Generalmente se asocia a una memoria cariñosa de la niñez o hacia una persona
que trae buenos recuerdos.
Sustitución léxica
y pronominal como estrategias para evitar repeticiones excesivas.
Al escribir es
importante evitar las repeticiones y una buena manera es mediante la
sustitución léxica y pronominal.
La sustitución
léxica (de vocabulario)
más común es el uso de sinónimos. Por ejemplo: “Ese día, el clima
estuvo terrible (mal),
todo en la escuela salió mal y me sentí enfermo (mal) del estomago”.
Así cómo es posible
sustituir una palabra por un sinónimo, también se puede ocupar la paráfrasis para no repetir oraciones completas.
Incluso es posible hacer énfasis en situaciones, por lo que la paráfrasis puede
resultar especialmente útil. Observa el siguiente ejemplo:
Por ejemplo:
“No sabía si podría ir al
cumpleaños de mi mejor amigo, pero esperaba que mi mamá me permitiera asistir
a la fiesta de José”.
En este ejemplo,
cambiamos algunas palabras para expresar la misma idea, pues sólo se parafraseó
una oración.
Las sustituciones
pronominales son otra manera de
evitar las repeticiones por medio de los pronombres, los cuales tienen como
función sustituir a los sustantivos. Los más frecuentes son los pronombres
personales, los posesivos y los demostrativos.
·
Los pronombres personales son los que se refieren a la persona
gramatical: yo, tú, él/ella, nosotros/nosotras, ustedes y ellos/ellas.
·
Los pronombres posesivos se utilizan para denotar la pertenencia:
mía, nuestro, suyas, etcétera. Es importante que recuerdes que, para que un
pronombre posesivo pueda sustituir a una palabra o una frase que denote
posesión, debe llevar antes un artículo. Por ejemplo: Al salir de la escuela
dejamos las mochilas fuera. Como eran muy parecidas, Lucía, se llevó la mía y yo me llevé la suya.
·
Finalmente, los pronombres demostrativos (aquél, ése, éstas,
etcétera), sustituyen a los sustantivos dependiendo de la cercanía que tengan
con quien se expresa. Nota que el acento diacrítico los diferencia de los
adjetivos demostrativos. Por ejemplo: Ese juguete no era el que yo quería en
Navidad. Era éste. Los pronombres esto, eso y aquello no
tienen el acento diacrítico ya que no existe un adjetivo con el que se puedan
confundir.
Recursos que mantienen la referencia en los textos.
Las siguientes
estrategias sirven al escritor para conservar la referencia y evitar
confusiones al lector.
Repeticiones: Aunque no es recomendable repetir, sí es importante reiterar el
nombre de una persona, situación o cosa, o bien volver a incluir una frase,
cuando, por haberse narrado otros hechos, pudiera perderse la referencia.
Expresiones
sinónimas: Si el lector puede
confundirse, pero es muy pronto para una repetición, se pueden utilizar
expresiones sinónimas.
Pronombres: Una de las mejores herramientas para
mantener la referencia es utilizar pronombres. Siempre que el autor de un
escrito autobiográfico requiere aclarar que él mismo realizó una acción, debe
utilizar el pronombre “yo”.
Concordancia: Otra manera de conservar estas referencias es mantener la
concordancia entre los adjetivos, sustantivos y verbos. Los dos primeros deben
concordar en género (femenino o masculino) y número (singular o plural); y en
este sentido, también con el verbo; además en las conjugaciones es necesario
cuidar que el tiempo (presente, pretérito, futuro, copretérito y pospretérito)
corresponda a la época en la que suceden los hechos.
Función de la trama
en la progresión cronológica de la narración:
La trama es
la manera en la que se encadenan las acciones de una historia. Es un elemento
que incluye los sucesos más importantes, los enredos, las aventuras, las
intrigas, etcétera.
Las tramas tienen
un tema principal del cual se deriva la narración de las acciones con sus
respetivas consecuencias. Esencialmente sin trama no existe una historia que
contar. La trama se puede dividir en tres partes: introducción, donde se
realiza una descripción inicial que dará un marco al resto de la narración; el
nudo, en el que la acción más importante y significativa alcanza su clímax; y
el desenlace, cuando se resuelve el conflicto y se llega a una solución.
En una
autobiografía, puedes llegar a narrar más de un episodio, por lo que te
encontrarás en la necesidad de hacer pequeños relatos (cada uno con su introducción,
nudo y desenlace) que pueden estar ligados temporal o temáticamente.
Una trama puede
parecer muy sencilla, pero si utilizas tu creatividad y la cuentas de manera
creativa, puedes tener resultados increíbles.
Expresiones que
jerarquizan información y palabras y frases que indican sucesión.
Las frases y
palabras que indican sucesión ordenan la información. En cada párrafo se puede
profundizar en la narración al incorporar detalles o recuerdos de un mismo
periodo. Al hacerlo, se jerarquiza la información a través de frases que
introducen el nivel de significación que tiene lo descrito. Algunas de las
palabras o frases que sirven para estos propósitos son las siguientes:
Sucesión temporal
|
Son aquellas frases que se
utilizan para decir cómo suceden los acontecimientos, es decir, qué pasó
primero, después y al final.
|
En primer lugar…
Primero…
Luego…
En el futuro…
En el transcurso de…
En segundo…
Después…
Más adelante…
Mientras tanto…
|
Expresiones que jerarquizan
información.
|
Son aquellas frases que sirven
para introducir algo importante.
|
Creo que es importante…
Me parece trascendente…
Lo más valioso…
Me cuentan que…
Considero significativo…
Es importante recalcar…
Un dato curioso…
|
Anuario.
Tienen como
objetivo registrar información relevante del año escolar.
Tiempos verbales en
pasado, presente y futuro.
El pasado (pretérito): indica una acción
totalmente terminada.
El presente: es cuando la acción
se realiza en el instante.
Futuro: se usa para hablar de acciones posteriores al tiempo en que se
habla.
Tiene como objetivo registrar información relevante del
año escolar.
Uso de sinónimos, antónimos y polisemia.
Sinónimos: palabras o expresiones que tienen un significado semejante al de
otras. Ejemplo:
Bonito, hermoso, bello, chulo.
Antónimos: palabras
o expresiones que tienen un significado opuesto al de otras. Ejemplo:
Negro, blanco
Polisemia: palabras que se escriben igual pero tienen diferentes
significados. Ejemplo:
1. Animal de la familia de los felinos.
2. Herramienta para levantar objetos pesados.
Autobiografía de Mario Molina (Fragmento)
Nací en la Ciudad de México el 19 de marzo de 1943.
Mis padres fueron Roberto Molina Pasquel y Leonor Henríquez de Molina. Mi padre
fue un abogado; tenía un despacho particular, pero también era maestro en la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En sus últimos años representó
a México como embajador en Etiopía, Australia y Filipinas.
Fuí a la primaria y la secundaria en la Ciudad de
México. Antes de entrar a la secundaria ya me fascinaba la ciencia. Aún
recuerdo mi emoción cuando vi por primera vez paramecios y amibas a través
de un microscopio de juguete más bien primitivo. Convertí entonces en
laboratorio un baño de la casa que apenas usábamos, y pasé largas horas
ahí entreteniéndome con juegos de química. Con la ayuda de una tía,
Esther Molina, que es química, seguí realizando experimentos más desafiantes en
la línea de aquellos realizados por estudiantes de química de los primeros años
de universidad.
Apegados a la tradición familiar de enviar los padres
a sus niños a estudiar al extranjero por un par de años, y conscientes de mi
interés en la química, fui enviado a una escuela en Suiza cuando tenía 11 años,
bajo la convicción de que el aprendizaje del alemán era importante para un
posible químico. Yo estaba muy entusiasmado de vivir en Europa, pero me
desilusionó que a mis nuevos compañeros no les interesara la ciencia
más que a mis amigos de México.
Para entonces ya había tomado la decisión de ser
investigador en química; antes, había contemplado seriamente la posibilidad de
dedicarme a la música (solía tocar el violín por ese entonces). En 1960 comencé
los estudios de ingeniería química en la UNAM, toda vez que este camino, que
ofrecía materias de matemáticas a las que no se tenía acceso en la carrera de
química, era el más corto para llegar a ser un físico-químico.
Luego de terminar la carrera en México, decidí cursar
los estudios de posgrado en físico-química. Esto no era fácil: si bien mi
preparación en ingeniería química era buena, adolecía por el lado de las
matemáticas y la física, así como en diversas áreas de físico-química básica
—materias como mecánica cuántica eran totalmente ajenas a mí por aquel entonces.
En un principio me trasladé a Alemania e ingresé a la
Universidad de Friburgo. Luego de dedicar cerca de dos años a la investigación
en cinética de polimerizaciones, caí en cuenta de que quería dedicar más tiempo
al estudio de algunas materias básicas a fin de ampliar mis fundamentos y
explorar otras áreas de la investigación. Así, decidí solicitar mi ingreso a
algún posgrado en Estados Unidos. Mientras ponderaba mis planes futuros, pasé
varios meses en París, donde pude estudiar matemáticas por mi cuenta y donde
pasé ratos maravillosos en charlas sobre todo tipo de temas — desde la política
hasta la filosofía y las artes— con muchos buenos amigos. Posteriormente
regresé a México como Profesor Asistente de la UNAM, y creé ahí el primer
posgrado en ingeniería química de México.
Finalmente, en 1968 me trasladé a la Universidad de
California en Berkeley para realizar mis estudios de
posgrado en físico-química.
Recuperado el 17 de marzo de 2011, de
http://www.nobel.unam.mx/molina/autobio.html (fragmento).
A) La
autobiografía es un género narrativo que presenta la historia de vida de una
persona.
B) La autobiografía es la narración de la vida de una persona escrita
por ella misma.
C) La
autobiografía se escribe en prosa y en tercera persona.
2. Los elementos
estructurales de la autobiografía son:
A)
Presentación, desarrollo y cierre.
B)
Introducción, desarrollo y conclusión.
C) Frase
inicial, texto y desenlace.
3. ¿Cuál opción
indica los párrafos de desarrollo de la autobiografía?
A)
Párrafos 1, 3, 4, 5, 7.
B)
Párrafos 2, 3, 4, 5, 6, 7.
C)
Párrafos 2, 3, 4, 5 , 6.
4. La
autobiografía está escrita en:
A) primera
persona.
B)
segunda persona.
C)
tercera persona.
5. De forma
general, la autobiografía de Mario Molina relata la vida de:
A) un
ingeniero químico egresado de la UNAM.
B) un
ingeniero químico con una preparación profesional sobresaliente.
C) el creador del primer posgrado en ingeniería
química de México.
6. El texto
subrayado en la autobiografía de Mario Molina corresponde a:
A) un
recuerdo agradable en la vida del autor.
B) una
experiencia significativa en la vida del autor.
C) un ejemplo de las actividades y pasatiempos
del autor.
7. ¿Qué significa
el prefijo auto de la palabra autobiografía?
A) Por
voluntad propia.
B) Por sí
mismo.
C) De forma automática.
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